A Zidane, como a Hanibal Smith el del Equipo A, le encanta que los planes salgan bien. Y con Hazard le ha salido. El técnico del Real Madrid diseñó la vuelta del belga bajo la premisa de no agobiarle. «Hazard volverá cuando él se sienta bien», repetía una y otra vez con un tono permisivo y paternalista. Y ahora Hazard ha vuelto, justo a tiempo para ser titular en la final de Stamford Bridge.
El fútbol escribe recto en renglones torcidos y precisamente Hazard tendrá en sus pies la ocasión de ajusticiar al Chelsea, su Chelsea, el equipo en el que se hizo leyenda de la Premier y del fútbol mundial. El belga, que fichó por el Real Madrid con el cartel de crack mundial, ha sido (hasta ahora) un fiasco lastrado por una sucesión de lesiones que nunca antes en su carrera había sufrido con tan pertinaz reiteración.
Pero Hazard ha vuelto a tiempo para la batalla que puede cambiar su historia en el Real Madrid. Y será en un campo del que se conoce hasta el último tepe de césped. El escenario que tantas veces puso en pie, le aguardará este miércoles en un silencio atronador. Será el momento de comprobar si el belga da un paso al frente o se raja.
Hazard al lado de Benzema
Zidane tiene claras varias cosas para el partido ante el Chelsea. Que jugarán Los tres magníficos en el medio –Casemiro, Kroos y Modric– y que arriba la pareja de Benzema será un Hazard que demostró ante Osasuna que esta vez sí ha vuelto por donde solía. Hasta los apoyos de sus pies parecen más naturales que en sus reapariciones precedentes. No va de puntillas sobre el césped, esprinta. Y cuando Hazard esprinta, los rivales tiemblan.
Los 70 minutos de Hazard frente a Osasuna, especialmente su actuación en el primer tiempo, demuestran que el belga puede ser un jugador determinante para el Real Madrid tanto en Stamford Bridge como en las cuatro finales ligueras que le quedan a los de Zidane. Se ofreció, dribló, disparó, rondó el gol… Hizo todo con criterio y veneno.
Por eso se entiende la decisión de Zidane para Stamford Bridge: Hazard y diez más.
